La evolución de las tecnologías, y más concretamente Internet, ha llevado a que nuestras vidas no sólo dependan de estas sino que también giren entorno a las mismas. Este hecho nos hace reflexionar sobre la cantidad de información que vamos aportando a la red que se podría considerar nuestra vida misma en términos virtuales; quiero decir, por ejemplo vas a preparar unas vacaciones en familia, localizar el sitio, el hotel, los lugares de ocio que prefieres, los restaurantes de tu comida favorita y un largo etcétera; todo esto dice mucho de ti, prácticamente todo y el buscador que emplees lo sabe y por consiguiente, lo utilizará sin ningún miramiento.
Si, por ejemplo, usas Google como buscador predeterminado, quizás te hayas dado cuenta de que los anuncios de Internet parecen leerte la mente. Los buscadores -y en especial los que se asocian a tu cuenta- son capaces de identificarnos individualmente y generar un perfil de usuario, y esa información es utilizada por ellos para “mejorar los resultados de búsqueda” y también por otros servicios para enviar publicidad personalizada. Lo más seguro es que te sea de utilidad que el "gran ojo Google" sepa más de ti que tú mismo pues todo lo que te va a ofrecer ha sido buscado y ordenado por y para ti, para tus intereses actuales e incluso futuros. Fuera de lo personal, se llevan unos años perfeccionando este método de análisis de la información para la prevención del terrorismo; el dilema es: ¿prescindir de mi privacidad por la seguridad colectiva? No hay consenso en cuanto a este tema asique los más escépticos que tengan que ocultar o que simplemente no quieran mostrar su actividad en la red tienen la opción de utilizar buscadores que al menos respetan tu privacidad como es DuckDuckGo, un motor de búsqueda híbrido, que emplea la información de sitios públicos como Wikipedia y se basa en la API de motores de búsqueda como Yahoo! y Google, además de usar su propio rastreador, pero no guarda la información del usuario, con lo cual, cualquier persona haciendo la misma búsqueda obtendrá los mismos resultados. No recopila ni comparte tu información, y no ofrece resultados “promovidos”, y la publicidad que muestra (que no es personalizada y va destinada al financiamiento del proyecto) puede ser desactivada en las configuraciones.
La privacidad en la Deep web es imprescindible, todos lo sabemos, pero en la vida cotidiana de los usuarios de este internet profundo también pues cualquier búsqueda sospechosa será irrecuperable y dejará expuesta a la persona.
Después del “11 de septiembre”, EE.UU. promulgó la “Ley Patriota” (USA PATRIOT
Act), para facilitar el control de información privada por parte del gobierno.
El gobierno estadounidense puede monitorear, controlar e investigar cualquier
contenido de internet que pueda “amenazar la seguridad nacional”, e incluso
puede cerrar internet en ciertas circunstancias de emergencia.
Vale la
pena señalar que al mismo tiempo que EE.UU. intensifica su vigilancia de
internet en el interior del país, tampoco se olvida de “promover la libertad de
internet” en el mundo entero. El New York Times publicó el año pasado un
reportaje que trata sobre la gran inversión del gobierno estadounidense en
establecer un tipo de “internet secreto” que es difícil de interferir, con el
objetivo de ayudar a los opositores de los regímenes de Irán y Siria, entre
otros países, para evitar la censura y el control de internet, y así tener
acceso a un “internet libre” como se tiene en el mundo exterior. Algunos
personajes relacionados con el gobierno de Washington también abogan
continuamente por el uso de las redes sociales y portales de vídeos en línea,
diciendo que EE.UU. “promueve la democracia” en ciertas regiones.
Por un
lado refuerza la vigilancia dentro de sus fronteras, y por el otro “promueve la
libertad” en el exterior. La doble moral de Estados Unidos en cuanto a la
democracia y los derechos humanos, entre otros asuntos, tampoco ha cambiado en
la era de internet.